Gaby Gil
Ayer en la mañana cuando me dirigía (emocionada) a la cocina para buscar algo de comer encontré una aterradora sorpresa en la cartelera de notas que tenemos en la casa, era un volante en blanco y negro que me condenaba a un martes lleno de calor e incomodidades...


En él anunciaban la suspensión del servicio eléctrico en el sector desde las 8 de la mañana hasta las 5 de la tarde... ¡9 horas!... 9 horas sin aire acondicionado, computadoras (mucho menos Internet), TV, radio...nadaa.

Por supuesto la puntualidad nunca ha caracterizado a los venezolanos y la suspensión se retrasó una hora (punto para los venezolanos), por lo tanto mi calvario comenzó oficialmente a las 9 de la mañana.

Como si el sufrimiento fuera poco, a éste se le sumo una tonelada de nerviosismo y otra de ansiedad, ya que era el GRAN día para el cual había trabajado durante dos meses, era la presentación final de una asignatura que me quitó el sueño desde septiembre; así que con toda la resignación del mundo tomé mis 35 páginas de apuntes y fui a estudiar al sofá de la sala, me senté y comencé a "leer", al cabo de 2 horas noté que seguía en la primera página, no lograba concentrarme, quería hacer cualquier cosa menos estudiar..

..4 horas más tarde solo podía sentir una cosa, desesperación; entonces decidí ir a casa de una amiga para intercambiar opiniones y acelerar un poco mi proceso de aprendizaje.

Cuando llegué a su residencia, subí las escaleras, respiré profundo y toqué el timbre con una sonrisa llena de alivio porque "sabía" que con su ayuda lograría aprenderme la información... 3 minutos después escuché una voz tras la puerta que decía: "Gaby, no tengo llaves de la casa tenemos que esperar a mi mamá, pero tranquila que ya viene en camino".. ¡ oh fuck tengo que aguantar mas calor!, fue lo único que pensé, pero solo me quedaba esperar.. y esperar... la frase "tranquila que ya viene en camino" se repitió en mi cabeza una y otra vez durante.. ¡50 minutos!..

Finalmente logré entrar; al terminar de estudiar, estando super preparadas para enfrentar la exposición y dejar a todos pasmados con la presentación, llamamos un taxi, que para no entrar en más detalles, nunca llegó.

Por intersección divina, cosas del destino, conspiración del universo o qué se yo... conseguimos quien nos llevara a la uni...

Ya nada podía evitarlo (¿o si?), el momento había llegado... y como si se tratara de una telenovela, donde los protagonistas sufren hasta el capítulo final, mis compañeros y yo cumplimos con el propósito de entregar lo mejor de cada uno y superar las expectativas del profesor, objetivo que se consolidó con un hermoso 20/20.

Así que pesar de todo, este día valió la pena.




Labels: ,